lunes, 26 de enero de 2009

Hacia el sur en Vietnam ...

Por motivos totalmente desconocidos y oscuros, blogspot estuvo sin funcionar durante mas de una semana aquí en este país … alguien nos dijo en algún momento que a veces ocurren estas cosas pq el gobierno controla el servicio, pero preferimos pensar que fue culpa de blogspot, aunque en otras tierras la gente pudiera conectarse sin problemas … y con el devenir de las cosas y el fluir de los tiempos, pues yo particularmente le perdí la costumbre, costumbre que no tenía yo muy arraigada, y aunque ya hace una semana que el servicio ha vuelto ha funcionar, pues no he encontrado el momento de escribir.
Resumiendo. Salimos de Hue en busca del buen tiempo camino al sur y llegamos a Hoian … y no encontramos el buen tiempo, sino todo lo contrario, pues no paro de llover en cuatro días, lo que verdaderamente hizo desmerecer el lugar. La ciudad y los alrededores están llenos de rincones con encanto donde pasear y descubrir otra Vietnam, la cultura Cham de esta zona del país y la comida típica que se sirve en todos los lugares; White rose (una especie de empanadilla al vapor con forma de flor y una gamba dentro), fresh fish fillet on banana leaves (un pesacado marinado cocinado en una hojas verdes de banana!) y los wontouns enormes salpicados con pescado. Por cierto, que hice un corto curso de cocina donde me enseñaron algunas de estas recetas… Y de Hoian ya si que sí a buscar el sol hasta no parar. Pero esta vez no fue tan complicado, en la siguiente parada, Nah Trang, el sol nos esperaba al llegar a las 7 de la mañana, radiante y sonriente. Rafa se fue a Dalat inmediatamente a buscar a las tribus de las montañas, yo me quede, no quería encontrar mas frío y quería disfrutar del mar sin prisas … Esa misma mañana me alquile una bicicleta, la ciudad se adivinaba plana, planita … y al mas puro estilo verano azul, aderezado con toques asiáticos y canturreando a Los Planetas, me dispuse a recorrer la ciudad. Y me encantó. Y los disfruté como si tuviera 15 años y estuviera en verano azul. La ciudad resulto ser un pequeño paraíso veraniego, tranquilo, con playas maravillosas y gente apacible. En el interior además, podían visitarse restos de templos Cham y Pagodas con Budas de 30 metros … y yo con mi bici, nana nanananá, de un lado para otro, sorteando motos y haciendo giros imposibles … Cuando por la noche llegué al hotel, no sentía las piernas, pero el día había resultado de lo mas divertido. Y al día siguiente … pues me monté en un barco con otras 20 personas para disfrutar de las islas que forman un parque marítimo justo en frente de la costa… parada indiscutible en Vietnam de los buceadores profesionales … me bañe en el agua, muy fría por cierto, disfrute del paisaje y el lindo sol en el techo del barco, y tome vino de Dalat en un bar flotante improvisado con un corcho atado al barco donde sentados en flotadores, una pareja americana, una holandesa, un chino y el guía de la excursión, brindamos en los idiomas presentes (yo les enseñe el arriba, abajo … y el guía encantado) y nos reímos sin parar por lo ridículo de la situación (falta decir que el guía aunque vaso y botella en mano, siempre bebía de la botella y se acabo tres casi sin respirar … sin comentarios, pues) Y otra vez un bus nocturno, y 11 horas después en Ho Chi Minh, Saigón … Ya en Saigón, la primeras impresiones fueran increíbles. Yo esperaba encontrarme una ciudad horrible a lo Hanoi, pero no, todo lo contrario. El tráfico es abrumador y los 4/5 millones de motos que pueblan la ciudad no ayudan mucho … sin comentar que como las calles son muchas mas anchas pues la cuidad es mas moderna y mejor organizada, cruzar es mucho más complicado y costoso …pero las gentes son agradables y hay zonas y rincones por donde el tráfico es prácticamente nulo e inexistente … por ejemplo, la zona donde nos alojábamos. Allí en la calle Bue Vien, nos tomábamos unas cervecitas fresquitas al caer la tarde y descubrimos unos puestos de seafood (marisco) donde por un euro y poco nos comimos las mejores navajas de nuestra vida … repetimos claro, y nos llevamos nuestra propia barra de pan para mojar en la salsa al mas puro estilo mediterráneo … uno nunca deja de lado sus raíces. Nos hubiéramos quedado allí eternamente, pero había que continuar y el Delta del Mekong nos esperaba. Ahora nos encontramos en Can Thó, medio resacosos, no por haber bebido, sino por haber trasnochado … y es que ayer fue el año nuevo Vietnamita y nos fuimos a la verita del río con otros tantos centenares de Vietnamitas a ver los fuegos artificiales que marcaron el inicio del año del búfalo. Hoy todo esta cerrado y la ciudad esta desierta. Mañana pasearemos por los mercados flotantes de la zona … hemos venido hasta aquí por ello … y volveremos a retomar la curva, esta vez con destino a Camboya.

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