sábado, 8 de noviembre de 2008

Bienvenido a Essaouira

Ya ha pasado mas de una semana desde que llegue aquí, y la verdad es que la sensacion del tiempo es la mas distorsionada de todas, podría decir que llevo aquí toda la vida ... y por tanto, pasan cosas y no pasa nada, pero los días se hacen ligeros e intensos a la vez.
La casa, ese rincón dentro de la ciudad, a las afueras de la medina y a 15 segundo de la playa, es el lugar donde el tiempo se condensa de forma mas acentuada. Tiene un jardín bien cuidado, lleno de plantas y ahora de dos tortugas, LaNegrona y Ho Chi Minh, que nos encontramos en la playa, y es donde desayunamos, comemos, charlamos, levitamos y tomamos el sol ... ahora también donde yo empecé a pintar tras apañar para poder colgar el lienzo en uno de sus muros.
La playa, inmensa, que se divisa nada mas salir de la casa, la paseamos cada día en un sentido cuando vamos a la medina o en el otro cuando simplemente nos dejamos llevar por el viento, que sopla fuerte por estas tierras.
La medina, llena de gente, de sus tiendas para turistas y para locales... de sus mercados, de fruta, de carne y el peculiar mercado del pescado, donde puedes comprar la comida al momento y que te lo cocinen en el mismo mercado, o llevarlo a otro lugar fuera del mercado y que acompañen tu pescado recién comprado y cocinado a la brasa con una ensalada y el pan marroquí.
La rasta-pandilla que Rastarafa hizo en su avanzadilla por la ciudad y la tienda de Omar, lugar de encuentro de estos y otros tantos turistas que van apareciendo por la ciudad y que atraen a su territorio, donde la música siempre surge y se respira otro aire.
Y así, los días son tranquilos, desayuno en el jardín o en el bar al lado de la casa, relax en el jardín, búsqueda de las tortugas (aparecen y desaparecen sin previo aviso), paseito en bici por la playa o por caminos remotos (hemos alquilado unas bicis y mi condición de patosa y miedosa va mejorando con el tiempo), pintura o escritura o lectura (yo a la pintura, el a la escritura o ambos a la lectura), incursión a la medina para abastecernos de comida y otros enseres, comida en el jardín preparada por Rafa, mas relax post sobremesa, quizás un dulce, quizás otra vez pintura o escritura, quizás mas relax, quizás un paseo por la playa ... y mi iPod siempre de fondo ... y entre tanta ida y venida, organizamos el viaje a sudeste asiatico que cada vez esta mas cerca, y vamos moldeando el camino a recorrer ... y entre encuentros varios, organizamos una fiesta en la casa que acabo llena de gente totalmente entregada a la causa, la de disfrutar de cada momento en cualquier parte del mundo con gente que recién llego o recién se va ...
Nos vamos al mercado, hoy intentaremos hacer una harira, la sopa marroquí rica, rica ...

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